Monday, September 15, 2008

EL VINO NUEVO

No deja de asombrarme el natural proceso por el cual el agua, sin dejar de ser lo que es, se trasciende a sí mismo para adquirir un estado superior de refinamiento y complejidad, habiendo sintetizado otros muchos elementos como la tierra, el sol, la luna...Un milagro ocurre: El agua se convierte en vino.

Beber vino no me hace más espiritual, y no beberlo tampoco.

Pienso que el vino nuevo no es monopolio de ningún país, etnia, religión o filosofía. El vino nuevo es la tendencia, el impulso de transformación que el alma humana experimenta en su ascendencia hacia la perfección. Proceso doloroso, ya que los brazos de nuestra mente y corazón han de ser estirados, tal y como sucede con la planta de la vid, hasta que nos crezcan alas para planear por encima del egoismo y miedo instintivo, dejando atrás el narcisismo intoxicante.

Podemos elegir disfrutar lo que la naturaleza nos brinda con una actitud hedonista y superficial, perdiéndonos en el placer de los sentidos y el glamour social. O podemos elegir agudizar el paladar de nuestras almas para degustar el nuevo sabor que el Espíritu tiene en reserva para los sedientos.

Denise Ingrid Brickel/ Denise Ingrid Aliaga Monge